Esta performance fue realizada por Jordi Rodríguez-Amat el día 30 de noviembre del 2018 en la XIV Noche de Poesía Erótica de Can Ninetes en Salt (Girona).

Fotografías de Manel Bielsa

Càmera Rosa

 

 

Me gustan las mujeres con bragas comestibles

 

 

¡Ah! Tú, sí, ven, acércate, sácate las medias.

¡Ah! ¿No llevas medias? Vaya, las mujeres no lleváis medias hoy.

¿Y bragas? ¿Llevas bragas? ¡Déjamelas ver! ¿Son comestibles?

¿No? ¡Lástima!

A mí me gustan las que saben a fresa y sobre todo las de tutti frutti.

¿Si hubieses llevado bragas, me las hubieras dejado probar?

No hubiera sido necesario que te las sacaras.

Puestas saben mejor.

 

 

 

 

 

¡Ah! Tú sí. Sí, sí, tú, que me estas mirando.

¿Quieres que te afeite el pubis?

¿O prefieres que te lo peine?

¿Sabes? Tengo una herramienta especial para este tipo de trabajos.

Te gustará.

¡A oscuras no!

La imagen visual ayuda siempre a realizar mejor este trabajo.

Mira, lo haremos a la luz de una vela.

Será muy romántico.

 

 

 

 

Tú que ahora me estás mirando y escuchando, no te pongas celosa.

Ven y también haré algo por ti. Sí, aquí y ahora mismo.

¿Tienes miedo? ¿O quizás no llevas bragas comestibles?

No et preocupes, ven y te llevará al paraíso.

Soy especialista en llevar mujeres al paraíso.

Los antiguos griegos lo llamaban Los Campos Elíseos.

 

 

 

 

Este cuadro, obra de Rodríguez-Amat, además de servir para el cartel de la XIV Noche erótica de Can Ninetes, estuvo presente a lo largo de todo el recital, acompañando todas las actuaciones.

 

 

 

 

Rodríguez-Amat explicando las virtudes afrodisíacas de las bragas comestibles y sus diferentes gustos.

Esta sabe a limón y las otras dos a fresa y plátano respectivamente.

En este momento, Jordi Rodríguez-Amat pidió al público asistente de pensar: ¿Qué pasa una vez has devorado las bragas y la mujer se queda sin?

Vaya, ¡qué pregunta! Muy fácil de responder, ¿no?

 

 

 

En este momento, Jordi Rodríguez-Amat se dirigió al público con una pregunta.

¿Cuántas mujeres de las que estáis aquí ahora os habéis puesto bragas comestibles alguna vez?

Creo que muy pocas.

¿Hay aquí alguien que no sepa que existan?

¿Y cuantos hombres de los que estáis aquí habéis probado alguna vez una braga comestible?

A ver otra pregunta: levantad la mano las mujeres que ahora lleváis braga comestible.

¿Sabéis cuál fue la respuesta? Ni una sola.

 

 

 

 

Me dio miedo de pedir a una mujer de ponerse una braga comestible

y dejármela probar.

Me dio miedo de que dijera que no.

Es por esta razón que yo llevo una.

Es una tanga comestible.

Desgraciadamente no en la entrepierna de una mujer.

¿Hay alguna mujer aquí que quiera probar la tanga que llevo yo?

Tiene gusto de tutti frutti y es afrodisíaca.

 

 

 

Parece que las presentadoras,

una de las cuales era cubana, se animaban.

No se lo esperaban.

Niñas, ¿Qué no habéis visto nunca un hombre en calzoncillos?

Seguramente nunca con un tanga comestible.

¿Lo queréis probar? Les dije.

¿Queréis bailar el cha cha cha conmigo?

No tuve que decírselo dos veces.

 

 

 

 

Empezamos haciendo un bocadillo.

Ellas eran el pan y yo el “chorizo”.

Niña ¿Te gusta?

La cubana quería más y más.

Tranquila, niña, tranquila.

 

 

 

 

¿Me seguís?

A la niña le gustaba y se ponía a tono.

No te existes, niña.

¿Que no ves que hay muchas mujeres y todas querrán de mí?

 

 

 

 

La cubana no quería parar.

Al oído me dijo “Tío que marcha llevas”.

La otra estaba expectante, esperando su turno.

 

 

 

Acabé la performance dando un consejo a las mujeres.

Mujeres, poneros bragas comestibles y haced que las prueben vuestros maridos.

Si no tenéis marido que las prueben vuestros amantes.

Os llevaran a la fiesta a menudo

Y os bailaran el baile del sexo.

 

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