A finales de 1997 Rodríguez-Amat intuye el agotamiento de todas las posibilidades, tanto a nivel plástico como de contenido estético, de la obra que había estado realizando en los últimos cuatro años. Las posibilidades que ofrece un principio estético dependen del espíritu bajo el cual el artista se plantea su trabajo. En este caso concreto, fue el propio artista quien consideró y decidió libremente no continuar el trabajo anterior.

Después de una pequeña serie de ejercicios, realizados con un espíritu de búsqueda y una deseada actitud lúdica y más de un mes sin haber iniciado ningún tipo de trabajo serio, a mediados de febrero de 1998, Rodríguez-Amat, consciente del vacío creativo en el que estaba inmerso, inicia, con premeditación y sabedor de la temporalidad que infundiría a sus nuevos trabajos, un proceso plástico, sometido esta vez al rigor de la intuición y al de la razón. A priori, el propio instinto delimitó esta temporalidad a no más de dos o tres años.

Las reflexiones cerebrales no son sólo patrimonio del arte, ni tan solo quehacer forzoso e inherente al mismo. Sin embargo, ciertas veces permiten establecer relaciones entre la obra y la propia existencia del individuo. En este sentido, los trabajos realizados durante el 1998 están sometidos a la dialéctica: por una parte del propio lenguaje plástion todco, cos sus mecanismos y contenidos estéticos, y por otra parte a las vivencias personales.

La obra pretende traducir plásticamente las relaciones y las vivencias de la propia existencia.

A nivel puramente formal las imágenes parecen luchar para conseguir desembarazarse una de otras.

Técnica mixta sobre papel / 57 cm x 76 cm / 1998

Estas obras se encuentran situadas a medio camino entre un proceso racional y un cierto estado de deseo creativo que introduce inconscientemente ciertos estados de ánimo del artista.

Óleo sobre tabla / 122 cm x 81 cm / 1998

Muchos de los contenidos plásticos de la obra están determinados por los cambios cromáticos constantes con modulaciones variables alrededor de un mismo color y por los espacios perspectivos superpuestos, a la vez que irreales y contradictorios, siempre bajo la interacción constante y repetitiva de todos los elementos que intervienen en el cuadro.

Existen unos elementos que se repiten reiterativamente en muchas de las obras. Se trata de un leitmotiv que ayuda, en un nivel puramente formal, a estructurar el estado y la relación del proceso sensitivo.

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Muchas veces, las imágenes pierden todos sus significados reales y se manifiestan libres de la sumisión del objeto representado. Con todo ello no se trata de un simple juego de formas y colores expresado mediante una composición libre y gratuita, se trata más bien de la integración total de todo lo que puede configurar la pintura y sus significados absolutos.

Óleo sobre tabla /122 cm x 81 cm / 1998

Óleo sobre tabla /122 cm x 81 cm / 1998

Técnica mixta sobre papel / 76 cm x 57 cm / 1998

Algunos de los trabajos realizados por Rodríguez-Amat el 1999

Técnica mixta sobre papel / 76 cm x 57 cm / 1999

Técnica mixta sobre papel / 76 cm x 57 cm / 1999