REFLEXIONES SOBRE LA REPRESENTACIÓN DEL ESPACIO EN LA PINTURA POR JORDI RODRÍGUEZ-AMAT Durante muchos siglos se ha admitido como una verdad absoluta el sistema de representación en perspectiva que, en torno al primer tercio del siglo XV, se instauró en Florencia. Hay quien ha calificado incluso de erróneos todos los sistemas plásticos empleados anteriormente en la representación del espacio. Hay que entender, pienso, como oposición a regla o método y no como un sinónimo de equívoco o falso, juzgar erróneos los demás sistemas utilizados para la representación del espacio tridimensional.
El Renacimiento, heredero de todo el conocimiento visual greco-romano, elevó la perspectiva central con un punto de fuga único a regla absoluta, después de haberla sistematizado mediante un método exacto. Es más, la elevó a regla ordenadora del espacio urbano, espacio en el que, obviamente, se desarrolló toda la cultura del Renacimiento.
Pero, al igual que en otras muchas civilizaciones, el método plástico empleado en Egipto fue considerado entonces un sistema inmutable, y que gozaba, asimismo, de reglas bien conocidas de todos que eran aceptadas como absolutas. Sin embargo, parece ser que el problema de la relación de las imágenes pictóricas como una aprehensión directa del mundo exterior nunca fue planteado, ni siquiera como un puro lenguaje convencional. En realidad, todo sistema plástico es inseparable de la civilización que lo ha creado y al mismo tiempo intransferible a cualquier otra civilización. Es así que hoy sería un error considerar absolutos los sistemas de representación del espacio regidos, tanto por un saber visual como por principios ideográficos.
Si es cierto que todo sistema figurativo tendiendo a dar una imagen próxima a la de la visión es propio de una civilización desarrollada, pues ha sabido discernir y crear un sistema apropiado a la representación de espacios tridimensionales, no es menos cierto que un sistema ideoplástico u otro, basado en imágenes regidas por un conocimiento noético, no permita plasmar el mundo "físico". Por otra parte, parece que todo sistema de representación plana basado en proyección central comporte tantas limitaciones, si bien en esencia diferentes, de las de cualquier otro sistema figurativo.
Francesco Guardi. El Palacio ducal. 1770
En el dibujo infantil, hoy considerado un arte, y dentro de una etapa esquemática o descriptiva entre los 8 y los 10 años, el niño utiliza la representación concreta de la idea con recursos tan amplios como los de cualquier otro sistema de representación, sea ??visual o ideológico. Incluso muchos de estos recursos se encuentran en pintores, cuya obra no se ve limitada por reglas científicas de perspectiva visual. Personalmente, y haciendo uso del derecho de discernimiento inherente al individuo, me atrevo a no aceptar como un sistema plástico figurativo superior a cualquier otro, el sistema empleado a partir del siglo XV que permitió la representación del espacio visual a lo largo de cuatro siglos. Todos los sistemas no son más que diferentes estadios dentro de una cadena secular de formas de expresión figurativa. Octubre 1996 Publicado en el Diari de Girona el dia 1 de Noviembre de 1996 |